miércoles, 4 de febrero de 2009

Histeria

Breve historia escrita en el anterior blog, de las últimas que subí. Inspirada por la canción "Hysteria" de Muse.



******************************


-Los nudos no se deshacen. Por mucho que luches no puedes romper las ataduras -

Ella luchaba contra las zarzas, las sogas, todas las mil y una cuerdas que se retorcían cubriendo su cuerpo.
Ello lloraba de rabia, de anhelo y de expectación tanto como de miedo mientras la arrastraba al pozo, abierto donde el puerto acaba.

-No- Dame tu alma, tus labios rotos de mordértelos, tus ojos desvelados, tus manos ensangrentadas en el inútil forcejeo. Dame el despojo de tu cordura. Dame tu ropa hecha jirones. Dame los cabellos arrancados de cuajo y los enmarañados. Yo podré, y jamás sabré qué hacer con ellos.
Lucha, lucha, de desata, se vuelve a atar. Comienza a arrastrarla. Se deja las uñas intentando soltarse y agarrarse al suelo. Entonces ve la botella rota. Con las últimas fuerzas extenuadas, se propulsa y la coge. Intenta cortar las sogas de su cuerpo, pero son demasiadas, y por cada una que corta, mil más aparecen.
Se le acaba el suelo por el cual arrastrarse.

-Ya eres mía, te quiero ya- llora y grita, regocijado en el agujero de oscuridad al cual la abduce.
Con las lágrimas y la sangre nublando su vista, corta ciegamente. Le mantiene el pulso a su libertad y a lo que desea retenerla. Corta aquí, corta allá, se corta las manos, corta las sogas de su cuello, se corta en el pecho, libera sus piernas. El agua le llega por la cintura. Se agarra con una mano al borde, con la otra la botella. Parece que las sogas no se acaban. El agua le llega a la barbilla, la mano resbala, el vidrio parece no poder luchar en el agua.

Y de pronto, corta la soga de su dedo meñique, las demás ceden de un tajo, e impulsándose sale seca del mal mar, que engulle las sogas, el vidrio, la negrura y enmudece.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

una idea es tomada en consideración si sabe brillar